Cuando algo muere, algo nace... asi funciona este ciclo inevitable: El colectivo es eterno; el individuo, mortal.

lunes, 18 de julio de 2016

Crónica Final III


Epílogo del primer romance


No funcionó. Es curioso, yo mismo intenté prevenirme este final. Sabía que estos días no eran más que un espectro, el punto de inflexión de la inescrutable cadena del destino que une pasado y presente. En el argot wiccan podría decirse que estos días han sido el preámbulo de un giro del sino. He puesto de mi parte, pero si dos piezas de puzzle no se esfuerzan por encajar el esfuerzo de una de ellas es inútil. Todos a mi alrededor han aceptado el hecho con una fría calma cuando lo he comentado. Como si lo esperasen. Como si ya estuviese escrito de algún modo, en algún plan.

 Por supuesto hemos intentado quedar bien, pero es difícil ocultar los roces previos a la despedida final. Los desencadenantes cortan como cuchillas y ni siquiera una despedida melosa puede suturar las profundas llagas que quedan. Cuando el odio domina el presente, el futuro lamenta sus heridas.

 No hay mucho más que pueda hacerse. Ya desde Enero no queda sino un cadáver de lo que en otro tiempo fue una relación. Volviendo la vista atrás, realmente me doy cuenta de la cantidad de veces que discutimos, y cómo la Dama Carmesí lejos de apagar sólo era capaz de echar más leña al fuego. Soy una persona muy temperamental a pesar de la enorme paciencia que tengo. En mi entorno todo el mundo tiene claro que esta aventura era absolutamente malsana. Tu media naranja debe ser aquella capaz de escribir una tregua en medio de la batalla, no la que encienda los cañones. Mejor ahora, sin hijos, sin compromisos, sin asuntos serios compartidos. Mejor ahora que aún podemos ser libres.

 No deja de ser llamativo no obstante que, pese a ser una persona nueva en el tema sentimental y por lo tanto carente de cargas emocionales previas, la Dama Carmesí haya sido incapaz de tratar conmigo. Toda esta relación se basó en discusiones sobre cómo ella cree que deben ser las cosas. Me ha sorprendido enormemente el punto de vista de mi padre en este punto. Para que el lector vea hasta qué punto las ganas de intentarlo y el amor ciegan a una persona: No cree que haber estado estas dos últimas semanas tan pendiente de ella haya sido algo correcto por mi parte. En su opinión, denota posesividad por parte de la otra persona. Ahora que esto ha terminado por fin estoy conociendo la opinión de mi familia, y realmente me está sorprendiendo hasta qué punto no aprobaban ciertas cosas que la Dama Carmesí demandaba. No les pareció nunca bien que se enfadase conmigo por no tener contacto uno o dos días. Al parecer es algo normal en cualquier pareja, por mucha distancia que haya entre sus miembros. Algo que también me sorprendió es que me hayan dicho que, en relación con las veces que ella venía a pasar unos días con mi familia, yo iba muchísimo más a ver a la suya.

 La verdad es que yo conozco a toda su familia desde hace más de 2 años mientras que ella a una parte de la mía la conoció hace apenas un año. Suelo ser bastante analítico cuando se trata de mi vida, pero los temas sentimentales anulan mi mentalidad ordenada. Quizá por eso siento que he pasado estos cinco años en una burbuja de paciencia mientras esta relación era una furiosa tormenta que todos veían. Todos menos yo, lo cual es muy triste.

 Han sido cinco años de ceguera. Quizá salvando el primero, aunque también es cierto que al comienzo yo hacía todo lo que ella quería. Intentaba ser el mejor, pero eso no dura siempre. La vida no gira en torno a una persona (como ella siempre quiso), sino que está compuesta de parcelas que merecen igual o superior atención. Esto es algo que ella nunca entendió. Ella, por su carácter inestable, nunca estuvo al mismo nivel que mi familia o que mis estudios. Siempre demandó protagonismo en mi vida, un protagonismo que jamás respaldó con seguridad.

 Nadie construye su vida sobre unos cimientos quebradizos, eso es una locura... ¿Cómo iba yo a basar mi vida en ella cuando su personalidad era tremendamente volátil? Todo a su alrededor, cada persona, cada suceso, podían alterar su percepción del mundo y de la relación. ¿Qué lleva a una persona a pensar que nadie va a ponerla en el centro de su vida con semejante inestabilidad?

 Esto son sólo algunas reflexiones. No necesito realmente autoconvencerme de nada, ha sido bonito mientras duró, pero la solidez de las bases de esta relación nunca pasó del rango en que se encuentra cualquier amor de verano. Efusividad e intensidad a cambio de inestabilidad y volatilidad.

Realmente sabía que esto ocurriría. Algo me lo decía, pero me aferré a la ilusión de que aún podía salvarse. De que aún podía prender fuego a una hoguera que se extingue. Me equivoqué, y ahora sólo me queda ser la roca que asedia el círculo de la voraz hoguera. Un corazón de roca y piedra es lo único que puede salvarme del ardiente dolor y de la quiebra emocional en este momento de necesidad. Sólo eso me resta...


Seré como la roca que contiene las ascuas de esta hoguera que se apaga, hasta que sólo las cenizas sean testigos mudos de que un día fueron llamas...


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