Cuando algo muere, algo nace... asi funciona este ciclo inevitable: El colectivo es eterno; el individuo, mortal.

martes, 1 de enero de 2013

Ad Libitum




  Querido lector. Desde hace un tiempo llevo barruntando una hipótesis acerca de la psique humana que creo bastante acertada. ¿Por que? te preguntarás. Me gusta entender a la gente. Ya sabes, a veces hay comportamientos que, por nuestra predisposición ética, educación o valores no compartimos, no podemos comprender o eventualmente incluso denunciamos. Así, para la mayoría de las personas no resulta nada agradable toparse con una persona que siga un "alineamiento moral" diferente.

 En este sentido, he intentado con el paso de los años identificar el comportamiento de los que me rodean en base a unos cánones un poco arbitrarios pero por ello más generales y fáciles de entender. Comprender situaciones incómodas que surgen a raíz de cosas que digo y que a los demás les resultan escandalosas. Pongamos por caso ayer en la cena:

- Hay un hombre que vive en una de las casas de mi abuela. Paga apenas 80 euros al mes, y probablemente destruyó el contrato para que mi pobre yaya no pudiese echarlo. Además, pincha farolas de la calle para "robar" literalmente electricidad. Vive el solo en todo el bloque de viviendas, sin embargo paga la 10ª parte del recibo porque afirma "que es lo que corresponde al gasto de su vivienda" (cosa que el lector podrá comprobar que es mentira, porque a pesar de tener 10 viviendas el bloque está solo). Curiosamente surgió el tema, y toda mi familia empezó a llamarle de ladrón para arriba. Pero he aquí, que en un momento determinado, hice yo un comentario jocoso a mi abuela acerca de que probablemente nosotros (sus nietos) probablemente le sobreviviríamos (vamos, que el tipo no iba a estar en esa casa eternamente). Y toda la familia sin excepción, especialmente mi padre, reprendieron el comentario como "fuera de lugar" o "tentación al destino"...

 Mi explicación es que posiblemente mis padres y yo, aún a pesar de compartir pensamientos negativos acerca de esa persona, tenemos diferente alineamiento moral.

 Quizá el comentario fuese algo bestia, pero no creo que estuviese fuera de lugar según mis principios morales. Recapitulemos, un ladrón que vive del cuento y aprovechándose de mi abuela (una anciana viuda), sale a debate. Todos dan opiniones negativas de el, de su falta de higiene, de lo bandido que es, y, en general, realizando comentarios de tipo hipotético (nadie ha entrado en su casa para ver si de verdad roba o si tiene la casa hecha una ruina). Yo realizo un comentario estadísticamente verificable (basado en el hecho de que todo lo joven en mayoria sobrevive a lo viejo). Y obtengo una reprensión no por la brusquedad del comentario, sino porque supone una "tentativa a la muerte". Se supone que si me pongo en la posición moral de mis padres, diciendo cosas así atraigo la mala fortuna sobre mi. Yo me decanto a pensar que más bien creo la posibilidad de que la vida me sea irónica, no directamente me condeno a morir joven. De ahí mi sorpresa e incomprensión posterior...


 Como puede ver el lector con este ejemplo, está claro que cada ser humano responde a un alineamiento determinado. Yo con el tiempo y con muchas experiencias y pensamientos he acabado por diseñar tres pares de alineamientos morales para las personas del mundo, combinables con la otra mitad pero no entre ellos. Reconozco que los juegos de rol me han ayudado a diseñar este pensamiento, al ser tan curiosamente acertados para esto de las inclinaciones morales de una sociedad o un colectivo:

 - Así yo diría que existen 3 alineamientos morales con los que la gente suele identificarse en relación a su modo de actuar, como son el Orden, el Caos y la Neutralidad.

- Por otro lado, tenemos 3 alineamientos morales con los que la gente se suele identificar en relación a sus motivaciones (ética), que son el Bien, el Mal y el Relativismo.

 Explicando un poco todo esto, estos dos grupos de tres son combinables entre si. Cada persona se rige por la combinación de dos de estos alineamientos morales, pero nunca del mismo grupo. Esto es, puedes ser una persona malvada con tendencia al caos, pero nunca una persona ordenada y caótica al mismo tiempo.

- Digamos que las personas que actúan regidas por principios ordenados tienden a ser metódicas y a respetar las normas sociales, en tanto que las caóticas tienden a anteponer la libertad individual que poseen a las leyes morales de la sociedad en la que viven. Las personas que actúan neutralmente suelen regirse de manera ordenada, pero si en algún momento tienen que violar algún principio moral que les perjudica no dudarán en hacerlo.

- Por su parte, las personas bondadosas siempre anteponen el bien de los demás al suyo propio, de manera altruista, en tanto que las personas malvadas tienden a anteponer sus propios fines a los del colectivo, aún si con ello dañan a muchas personas. Las personas relativistas dependen del momento para respetar a los demás o no, todo dependerá si con ello obtienen un beneficio personal. La diferencia entre el relativista y el malvado es que este último no tiene reparos en dañar a los demás para alcanzar sus fines, en tanto que el relativista evitará hacerlo si posee una vía alternativa para lograr sus fines sin hacer daño.


 Hasta donde me he encontrado, todas las personas del mundo pueden ser encuadradas en una de estas 9 combinaciones de principios morales sin excepción. Véase, estas:

- Bondad y Orden: Personas altruistas que viven respetando las normas sociales establecidas. Se ajustarán si les es posible a lo mejor para todos (justo).
- Bondad y Caos: Personas rebeldes que actúan guiadas por su propia conciencia.
- Bondad y Neutralidad: Personas que siguen sólo las normas justas. Buscan el bien mayor.

- Relatividad y Orden: Personas que siguen ciegamente las normas sociales (buenas o malas). Nunca cuestionan la norma impuesta (simplemente juzgan).
- Relatividad y Caos: Personas que rechazan las normas y actúan a conveniencia personal.
- Relatividad y Neutralidad: Persona moderada que ve cualquier extremo como peligroso.

- Maldad y Orden: Personas metódicas que aplican las normas más crueles en su beneficio.
- Maldad y Caos: Persona malvada que actúa instintiva y destructivamente (psicópatas).
- Maldad y Neutralidad: Personas que adaptan sus actos al egoísmo personal (criminales).

 En general todo el mundo se ciñe a una de estas combinaciones con mayor o menor acierto, de ahí que muchas personas no estén deacuerdo a veces a pesar de que ambas defiendan unas normas que consideran justas, o que creen que son lo mejor para todos. Ampliando el sentido de todo esto, es mucho más probable toparse con una persona que no entiendas a una con la que te compenetres a la perfección. Siempre hay roces, aún entre personas buenas. No hablemos de las personas que son relativistas o neutrales, ya que las posibilidades en este sector se disparan...

 Y esta es la parte en la que yo paso a explicar porque a veces siento que la gente tiene algo contra mí: Según este estudio, yo pertenecería al sector de Relativistas Caóticos.


 Es totalmente cierto, no me considero una persona buena ni mala, pero desde luego siento una gran aversión hacia toda norma que me venga impuesta, especialmente aquellas que me perjudican o me resultan injustas. Por ejemplo, al no ser una persona malvada, intentaría no dañar a los que me rodean o incluso ayudarlos siempre que con ello obtenga algo (sea satisfacción moral, prestigio, etc.), pero desde luego tiendo a no seguir unas normas fijas y tampoco me gusta ayudar a todo el que me encuentro por la calle.

 Entiendo que eso me hace actuar a veces mal, decir "salvajadas" como la de ayer, y no siempre ser una persona predecible o fácil de entender. Pero para mi es cierto que si una persona como el bandido ese que anda aprovechándose de mi abuela es eso, una persona que considero malvada, no tengo reparos en afirmar que estaría mejor muerta (simplemente de viejo, no deseo que lo maten). Eso para una persona más bien Bondadosa y Neutral como mi padre, es una salvajada. ¿Por que? Pues porque el se rige por la máxima de no desear el mal a terceros. Aunque no le agraden sus actos, no adopta pensamientos radicales y caóticos como yo. Mientras yo soy una persona con un concepto del bien y del mal relativos, que en muchas ocasiones afirmo lo que se me viene a la cabeza (aunque esté fuera de la ley o sea malvado), mi padre puede opinar cosas fuera de la ley si no le parecen justas, pero nunca afirma pensamientos malvados (porque se rige por una ley moral de bondad muy fuerte, no desear el mal ajeno ni siquiera mencionándolo).

 Es una de las razones por las que chocamos tanto. El me afirma que soy una persona muy extremista (lo cual es cierto), y probablemente de manera interna dude de mi moralidad. No está muy equivocado, ya que efectivamente no aprobar las normas que aprueba la mayoría me hace extremista, y pensar que las cosas son buenas o malas dependiendo de la situación me convierte en un relativista moral, cosa que en tiempos ya me afirmó mi profesora de filosofía que podía ser muy peligroso, para mi y para los demás...


 ...pero de momento lo llevo bien. Mi dudosa moralidad sólo se plasma en palabras u opiniones crueles de vez en cuando, y el tema de que no me gusta que me impongan restricciones simplemente me hace ser algo más rebelde de lo normal en casi todos los aspectos de mi vida. Saliendo de ahí, nos va bien a mi y a los que me rodean.


 Conozco a muchos tipos de personas, pero es difícil para mi encontrar a muchos completamente buenos o completamente malos. Lo normal que suelo toparme es gente neutral o relativista, alguno bueno de vez en cuando, pocos malos (aunque si que me he topado en mi vida con gente realmente enferma), y de vez en cuando alguien igual que yo. Pero normalmente no me llevo muy bien con esas personas.

 Aunque el hecho de ser como yo tiene el gran e impagable beneficio de la autocrítica. Por decirlo de un modo gráfico, no estoy conforme ni conmigo mismo. Mis actos siempre los acabo cuestionando. Siempre pienso si he obrado mal o bien, si me he equivocado o si podría mejorar algo. Y eso es bueno hasta donde yo concibo la bondad...



 Y ahora sólo queda al lector intentar asimilar esta entrada, quizá sentirse identificado... no sé. Dejo abierta la cuestión: ¿Cual crees que es tu alineamiento social?

Es bueno reflexionar sobre ello a veces.


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