- A veces me pregunto por qué las cosas son así. Y me asusto de pensar que quizá esto se deba a que no tengo metas más simples en la vida que abarquen de antemano mi mente. Pero, aún asi, ¿por que el mundo es así?. Quiero decir, hay personas de todo tipo si, pero realmente no sé si esto es bueno.
La razón por la que nos hemos diversificado tanto yace en el hecho de que nada se interpone en nuestro camino. Y es triste, porque realmente el único reto que tenemos en la vida es ser superiores a nuestros semejantes. Al menos así piensa la mayoría de la especie humana. Ser superior... ¿para que? ¿en qué sentido?. Muchas de las personas que tenían esta meta en la vida ahora son magnates de multinacionales que explotan a otros semejantes para vivir aún más por encima de ellos si cabe. ¿Por qué?
¿Sabes? Mi blog debe tomarse con cautela y filosofía, querido lector. Ya lo dije, a veces reflejo pensamientos muy extremistas dirigidos a mentes equilibradas. Y quizá sea de las pocas personas en el mundo que ante la profecía maya, respiraba aliviado. Aliviado porque en mi opinión, cualquier resolución de dichos escritos me satisfacía. Si caía un meteorito o algo así, la especie a la que pertenezco sería erradicada, lo cual desde un punto de vista neutral (desde el punto de vista que debe ver las cosas Dios por ejemplo), no era sino borrar una especie que ha hecho más mal que bien. No me oirá el lector decir algo que se salga de esta línea. Nuestro bello planeta... está casi arruinado. No me importa lo que digan, el poder y la riqueza, la ambición humana ha destruido el planeta azul. Soy de los que piensan sin embargo que no debe haber dios, porque de haberlo tal y como lo describen las escrituras, no habría esperado al juicio final para bajar aquí y liarse a mamporros con la cantidad de maldad que tienen algunos en posición de poder.
¿Pero que puedo decir? El estado actual del mundo refleja la verdadera esencia del corazón humano. Cada vez se vuelve más gris y sombrío el planeta azul, y por desgracia nadie puede hacer nada para evitarlo. Y los que podrían obviamente no quieren, ya que les beneficia enormemente que el mundo se destroce. El dinero... sin duda es el octavo pecado capital de la humanidad. Yo no necesito dinero si tengo para comer y dónde dormir. ¿Para que mas?. Plantéese el lector que la lacra de la moneda sólo desaparecerá cuando una mayoría humana justa deje de usarla. Es entonces cuando los magnates poderosos se darán cuenta de que su enorme fortuna no es más que metal y papel impreso.
Y no tendrán nada...
Y no tendrán nada...
Pero son ellos los que han ideado el sistema. Tú y yo jugamos con sus reglas de juego. ¿Acaso los billetes del monopoly valen algo en la vida real? No, porque sólo sirven en el juego. El monopoly es ciertamente una acertada metáfora del mundo real. Ignora la moneda y el poderoso tirano dejará de poder comprarte.
Claro, eso es fácil decirlo. Pero ¿Cómo va a ocurrir ese milagro?. Hasta los delincuentes que se saltan la ley juegan sin darse cuenta con las reglas del juego del poderoso: Roban dinero. No roban comida, no roban una casa, no roban un ordenador, no puentean la luz de las calles no. Roban dinero. ¿Cómo va a producirse un cambio tan enorme en la humanidad si hasta los delincuentes juegan bajo las normas establecidas?
La única alternativa que yo veía era un milagro en forma de cataclismo. Sobran humanos, sobro yo y posiblemente sobras tu y otros cuantos millones más de nuestra ignorante especie. Un meteorito o que algún loco tirase la famosa bomba de fusión sería algo así como una bendición. De todos modos, no tengo prisa. La humanidad creará su propio meteorito y atraerá su drástica reducción o directa extinción tarde o temprano. Tan sólo lo lamento por el mundo, que irremediablemente será afectado. Pero el mundo ya sobrevivió a un meteorito del tamaño de la ciudad de Texas (extinción de los dinosaurios), asi que tampoco me preocupan en exceso las consecuencias para el mundo después de que desaparezcamos. Se recuperará.
Quizá esta sea una entrada un tanto misantrópica, pero dígame el lector: ¿Acaso no somos nosotros una especie que odia fuertemente al planeta en el que vivimos? Somos la única especie de la tierra que odia su propio hogar y lo maltrata. Eso sí, hasta límites que no lleven su destrucción aparejada a la nuestra. Pero ahora yo te digo, querido lector, que igual que existen magnates de multinacionales a los que sólo les importa perforar la tierra para que la humanidad pueda seguir "evolucionando" (eso si, si de paso ellos se sacan un pellizco mejor que mejor), yo y otras personas en el mundo somos más de pensar que nuestra vida es sacrificio suficiente si con ella se reduce o desaparece la especie humana de nuestro bello planeta azul.
Mi vida como vida de ser humano, es insignificante en comparación con la de nuestro precioso y magnífico planeta, un planeta que nunca hemos merecido. A una especie inteligente como la nuestra no se le puede dar un planeta colmado de recursos para que los desaproveche como le venga en gana, a una especie como la nuestra debería habérsele otorgado un planeta árido y de condiciones extremas. Así, quizá en ese hipotético planeta difícil donde las cosas no estuviesen ahí para cogerlas sin más, es posible que el afamado intelecto humano se dedicase más a crear y menos a destruir como en la tierra.
A fin de cuentas no se puede destruir nada en un planeta destruído, ¿no?.
Un pequeño esquema del milagro que debería haber ocurrido el 21/12/2012. |