miércoles, 18 de enero de 2012
Ser Aries
- La entrada que escribo hoy pretende ser muy personal. Mucho más que cualquier otra que haya escrito hasta la fecha, y es que va destinada a ser una descripción de las características más o menos compartidas entre los arianos, descrita por un ariano.
Mucho ha especulado la astrología acerca de, en general, los signos zodiacales, con especial mención a este gran signo, el primero del panteón celestial.
Los aries simbolizamos el nacimiento del cosmos, un signo joven, noble y sin duda el prototipo de "líder nato". Según la astrología, somos el alfa, el principio, y simbolizamos las ganas de vivir y de triunfar en la propia vida. Como niños, los aries nos caracterizamos por ese espíritu jovial que con los años adquiere la chispa heroica de todo líder admirable.
Al contrario que en el resto de los signos zodiacales, un aries no nace con maldad consciente. Si realiza un acto malvado, lo hará porque encaja en su ideal de justicia, paradójicamente mucho más equilibrado y firme que el de un Libra. Esto, sumado a nuestra inocencia nos convierte a los Aries en el perfecto malvado, como contraparte a un potencial heroico. Dependiendo de los ideales y de la educación que se dé a un Aries, puede convertirse en un líder honorable o en un férreo y cruel dictador. Y sea lo que sea, no observarás grietas en su determinación. Si es educado bajo el ideal del ojo por ojo, un Aries creerá fielmente en la Ley del Talión. Y la defenderá a capa y espada.
No es nuevo, todos hemos visto los ideales de perfecto héroe y perfecto villano Hollywoodense. Un aries al nacer posee el potencial necesario para llegar a ser perfecto en cualquiera de los papeles que la vida quiera otorgarle.
Pero existen otros signos capaces de ejercer liderazgo eficaz como Leo o Escorpio. La diferencia con el Aries es que un aries es menos egoísta que un escorpio, menos orgulloso que un Leo y como característica resaltante diríamos que el Aries se siente a gusto tanto acompañado como en solitario. Escorpio y Leo suelen tener más dependencia de su grupo.
Por otro lado, un Aries no llega a tal grado de independencia como los Capricornio, capaces incluso de pisar a sus aliados con tal de escalar posiciones en la vida. Para un capricornio todo vale, pero el noble espíritu de un aries le impedirá cometer actos que considere injustos. No obstante arremeterá con mayor fuerza contra aquellos actos que considere injustos, probablemente sea el signo que mayor ferocidad presenta a la hora de defender sus ideales. Sus convicciones suelen ser las más fuertes del zodiaco.
No obstante, si hay algo que nos caracteriza a los arianos, es la impulsividad.
Un aries no repara en riesgos si el beneficio de sus acciones esta justificado por las metas a alcanzar. Un aries suele decir la verdad, salvo que haya aceptado la mentira en pequeña escala como válida. En cualquier caso, nunca mentirá en cosas graves. Para un signo honesto como aries es muy complicado mentir si no se miente primero a si mismo. Ahora bien, si lo consigue, idealizará su mentira y será muy creíble.
Por otro lado, los aries no han sido dotados del don de la paciencia. Cualquier aries (entre los que me incluyo) montará en cólera ante la sola idea de esperar más de lo que considere necesario. Su impulsividad les lleva con frecuencia a equivocarse, lo que supone un cóctel mortal, ya que odian errar en todo el sentido de la palabra. Perder, fracasar, equivocarse y consecuentemente tener que disculparse supone el fin del mundo para un aries.
Aconsejar a un aries, sermonearlo o decirle lo que está bien o mal es sin duda uno de los mayores errores que pueden cometerse con ellos. Junto al fracaso, es la segunda cosa que más odian. No obstante si consigues demostrarle que estaba equivocado, su noble corazón le hará reconocer su error. Pero no te será nada fácil esto último.
Tienden a ser críticos con su pareja. Más que críticos, podría decirse que si su pareja no hace las cosas del modo que ellos habrían deseado, la bronca está servida en bandeja de plata. En ese sentido, pueden llegar a ser muy egoístas y egocéntricos con las personas con las que tienen pocos puntos en común. Todo responde a un ideal de justicia propio de cada aries. Si te sales de ahí, debes cambiar... o atenerte a los crueles comentarios que podrían caerte encima. Y no habrá clemencia una vez comiencen.
Porque, por si no he reconocido aún defectos suficientes de los nacidos bajo nuestra constelación, herir la sensibilidad de los demás es algo que se nos da a mi juicio demasiado bien. Cada aries aprende sobre los demás y va guardando cartas bajo la manga, nunca se sabe cuando podrían ser útiles. Y si llevas la contraria a un aries, puedes toparte con comentarios desmedidamente crueles. "Los niños son muy crueles", y... ¿que son los Aries sino los niños del zodiaco? Los primeros, los más jóvenes, entusiastas, enérgicos y... crueles. Extremadamente crueles, porque siempre pensaremos que "se lo merecía".
Por desgracia el aries carece de la capacidad de reflexión de otros signos de fuego como Sagitario, o de la capacidad de comprensión de los Leo, de manera que es el signo más ardiente de su panteón. Cada aries representa la llama de la vida en todo su esplendor...
Así somos. Así soy. Para lo bueno y para lo malo, por algo somos el único signo que se considera a medio camino entre el bien y el mal, con múltiples potenciales. Cordero de Dios o signo del demonio: Los aries representan la señal del nuevo comienzo.
Así pues, ¿Que significa ser aries?
"Ser aries significa alcanzar todo, y a la vez el potencial de no llegar a ser nada..."
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