- Querido lector:
A veces, la vida nos enseña lo obvio que nuestros ojos se niegan a ver. Con tristeza contemplo como los muros de lo que un dia fué castillo yacen hoy entre las ruinas de la nostalgia. Todo lo expresado en este blog es testimonio de la magnitud de aquel castillo que llegó a ser reino, imperio, baluarte que parecía inexpugnable incluso ante el brutal asedio del tiempo. Pero el tiempo es como el océano...
No existe acantilado de roca lo suficientemente fuerte, duro o intacto que resista las sacudidas del mar. Quizá los ojos de los seres vivos no puedan apreciarlo, pero alguna de esas olas hizo algún dia anónimo una muesca sobre la dura superficie del acantilado. De esa muesca surgió pronto una grieta. O tarde. No importa, el caso es que surgió una grieta, y esa grieta se hizo faya, posteriormente se hizo agujero, cueva, caverna, túnel, y finalmente el acantilado se vino abajo cuando aún pensaba que nada habia cambiado en su superficie. En su inocencia, acabó en ruinas. No tuvo en cuenta los pequeños detalles, pero estos y no otros fueron los que dieron pié al gran cataclismo de su colapso. El fin de su grandeza.
Del mismo modo el tiempo, sin que apenas lo apreciemos, va realizando pequeñas muescas en todo lo que amamos o construimos. En todo lo que admiramos o soñamos. Y esas muescas constituyen el primer anuncio de lo que a la larga será el fin de aquello cuya robustez envidiábamos.
Los juicios que el resto de las personas hacen son parciales. Válidos solo en un instante. Pero grandes engaños a largo plazo que, sin que se den cuenta, acabarán derrumbándose. Y luego, cuando vemos el acantilado en ruinas todos nos preguntamos ¿Como es posible?
Nadie reparó en la grieta de su ladera, y ahora nadie puede explicar su derrumbamiento...
Pero todo tiene un alfa y un omega. Todo tiene principio y fin. Todo tiene un amanecer y un ocaso, y es ahi, de este pensamiento innegable, de la verdad de la idea, de donde proviene el título de este blog.
¿Por que lo llamé Ocaso y Amanecer? Porque aunque el orden sea antinatural desde el punto de vista de los seres diurnos, es el más natural desde el punto de vista de los seres nocturnos. Porque no hay una verdad absoluta, y porque sabe mejor pensar que después del Ocaso siempre habrá un Amanecer.
Y es por esto por lo que, aún a pesar de que esto sea un llanto, el epílogo quizás de algo que nunca sabrá el lector, suena alegre. Alegre porque aunque la llegada de una noche oscura, del final de un dia, sea un hecho triste, siempre nos quedará pensar que mientras todo siga un curso natural, siempre amanecerá mañana...
Aunque todo se acabe, siempre nos quedará el mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario