Cuando algo muere, algo nace... asi funciona este ciclo inevitable: El colectivo es eterno; el individuo, mortal.

miércoles, 22 de junio de 2011

Torres del Cielo


¿Saben? Si existe algo en la naturaleza que sin duda ha llamado mi atención prácticamente desde que empecé a interesarme por el medio ambiente a los 13 años de edad, algo que me ha quitado el sueño siempre, pero no de la manera tediosa que podría pensarse, sino de pura evocación, eso es sin duda la figura del Tepuy.

¿Que pensaria el lector si le hablo de mesetas elevadas sobre el cielo? De paredes verticales como únicas fronteras, separadas del resto de la selva amazónica, cuna de especies que ni siquiera conocemos... auténticas vitrinas expositoras de las maravillas de la madre naturaleza, lugares que jamás han sido pisados por el ser humano, inalterados desde épocas anteriores al cretácico... dígame el lector si leer estas palabras no le transporta inmediatamente a alguna escena de la famosa saga "Jurasic Park".

Asi es, pero sin científicos locos ni sensacionalismos gráficos, totalmente real, los tepuyes venezolanos existen, protegidos como reservas naturales de un valor taxonómico incalculable, sobre las selvas que crecen en sus cimas, sobre las nubes, hay especies de una belleza tan insólita que, más allá de mi curiosidad meramente científica, como investigador, llegan a inspirarme realmente poesía.

Estas torres celestiales son sin duda una de las mayores maravillas que el ojo humano puede llegar a admirar en toda su vida, un éxtasis melancólico se apodera de todo aquel que piensa en los misterios que tan intrincada toponimia puede esconder.

De las escasas que han sido exploradas por expediciones preparadas para no alterar su ecosistema, sacaríamos una idea general de como podría ser el hábitat allí arriba, siendo predominantes las especies de plantas insectívoras, animales capacitados para el vuelo (aves e insectos), y quizá algunas especies que se hayan desarrollado exclusivamente allá arriba, aunque esto último es más raro, ya que al ser tierras que llevan emergidas antes que el resto, ni siquiera presentan fósiles de ningún tipo (a pesar de haber coexistido con los dinosaurios).

Sin embargo, cada Tepuy posee características únicas, ya que están aislados unos de otros, por lo tanto, describir a uno es como describir una de las cuentas de un collar, siempre faltarán otras que tendrán particularidades. Por ejemplo, el salto del ángel, la cascada más alta del mundo, se origina desde la cima de un Tepuy (en este caso colonizado).

De la misma manera que se dice que bajo los mares y fosas abisales existen formas de vida ignotas, demasiado profundas para ser descubiertas, en los Tepuyes también, en este caso a la inversa, demasiado elevadas para ser investigadas, sobre el cielo, como enormes torres del cielo que se erigen majestuosas, evocando los sueños de los indígenas amazónicos desde tiempos inmemoriales. Panteones de los dioses desde tiempos ancestrales, los Tepuyes...


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